junio 27, 2005
Argentina 1, M�xico 1.
Junio 26, 2005.
Semifinal, Copa Confederaciones "Alemania 2005".
No te digo cu�ndo, no te digo c�mo.
Se van acumulando hip�tesis de lo impensable �de �sas que valen� por ser aventuradas, divertidas e idiotas: M�xico puede ser Campe�n del Mundo. Hace tres meses lo dijo el casi an�nimo Glen Flabbergasted, apantallado sobremanera por los cohetes callejeros que Lavolpe puso de alerones, Ram�n Morales y Alberto Medina. Hoy, lunes 27 de junio, lo dice el diario franc�s L'Equipe.
Si Hugo S�nchez se calla la boca de aqu� al pr�ximo verano y este equipo sigue su proyecto, se ir� pareciendo m�s a los equipos totaleros que Ricardo Lavolpe trae en la cabeza, a su mundo ideal. Estoy convencido de que si pudi�ramos inscribir al Atlas 1999/2000 en cualquier Copa del Mundo se ir�a como una r�faga hasta semifinales, la etapa donde termina el alto nivel de competencia y da comienzo el sospechoso v�rtigo de los campeones.
Precisi�n metodol�gica, que nada tiene que ver con lo dem�s.
Los Cuartos de Final han probado ser la fase m�s excitante de los mundiales de f�tbol. Pero la bisagra hist�rica de cualquier equipo para entender en d�nde est� pisando, son las semifinales. Un motivo palpable es que, hasta Cuartos de Final, por muy brillante que sea el desempe�o de una selecci�n y por mucho que se supere a s� misma, nadie puede ser campe�n con un tiro que da en el poste. Ya en semifinales, puede que s�.
Luego entran otras cosas. Que los jugadores cierren a galope el torneo local, que esquiven las lesiones y que el Director T�cnico tenga el �ngel de enlistar, quiz� de �ltima hora, a un delantero fino que llegue con ganas de comerse la copa como si fuera un ice cream. Dicho lo anterior, Mr Phuy ve a M�xico en semifinales del pr�ximo mundial, con todo el derecho a celebrarlo en Julio 2006 como tambi�n a desdecirse y borrar este post si el invicto de 21 partidos se hace caca en los pr�ximos meses.
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mr_phuy@mail.com
junio 19, 2005
M�SICA, LA HERIDA INTELIGENTE
Nurse with wound
Chance meeting on a dissecting table of a sewing machine and an umbrella
Seguro que algunos de los compositores del pa�s escriben sobre piedra caliza o sobre la palma abierta de las ostras o desde la pobreza, y quiz� ello les haga eficaces. Nurse With Wound soporta las presiones del medio y se abstiene de actos tan banales como develar el nombre de sus m�sicos invitados, publicar oportunamente el calendario de sus giras y facilitar la inaudible letra de cientos de temas. La longitud de sus l�neas constituye un secreto; sus palabras, otro. �Que Nurse With Wound es para todo p�blico? Echa un ojo a su audiencia. Tipos sin ilusi�n. Bur�cratas. Vanidosos coleccionistas de filatelia en desuso. Orangutanes que no paran de gritar. Ser� por la potencia de esta m�sica para nigromantes �que emana singularmente en piezas como "Strain, crack, break" y la pesadilla m�s reciente, Salt Marie Celeste� pero el magnetismo de Steven Stapleton con sus fans se debe a las ganas de seguir siendo la medida de todas las cosas y, al menos parcialmente, al exhibicionismo de los no iniciados.
www brainwashed.com/nww/
Bill Carrothers
The electric bill
En The electric bill, Bill Carrothers reduce las leyes de Newton a una sola aseveraci�n que pone de buenas a la ciencia: un algoritmo bien dicho puede m�s que los arranques de ira. En al menos 30 minutos de suculenta exploraci�n, Carrothers transmite �sta y otras verdades en santa paz. The electric bill no se imprime m�s. As� que, para darlo a conocer dignamente, Mr Phuy lo ha plasmado en una f�rmula matem�tica bastante piola. Ya se sabe: d�gitos que levitan encima de las vocales, divisores que atenazan a las consonantes, enes multiplicadoras y sometimiento de todos al encorchetado cl�sico. La f�rmula se ve preciosa, conciliando el sistema decimal y el roce ac�stico del Fender Rhodes con los lazos hidr�ulicos del alma. Lastimosamente, la f�rmula no pudo transcribirse aqu�, no obstante la gama de herramientas de Blogger y los galardonados servosistemas del Acrobat Reader que apenas se ven exigidos dan la callada por respuesta. Dijiste que me amabas. �O lo dije yo? Lo que ven�amos construyendo, fall�. Antes de hallarle el v�nculo.
www carrothers.com
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Nurse with wound
Chance meeting on a dissecting table of a sewing machine and an umbrella
Seguro que algunos de los compositores del pa�s escriben sobre piedra caliza o sobre la palma abierta de las ostras o desde la pobreza, y quiz� ello les haga eficaces. Nurse With Wound soporta las presiones del medio y se abstiene de actos tan banales como develar el nombre de sus m�sicos invitados, publicar oportunamente el calendario de sus giras y facilitar la inaudible letra de cientos de temas. La longitud de sus l�neas constituye un secreto; sus palabras, otro. �Que Nurse With Wound es para todo p�blico? Echa un ojo a su audiencia. Tipos sin ilusi�n. Bur�cratas. Vanidosos coleccionistas de filatelia en desuso. Orangutanes que no paran de gritar. Ser� por la potencia de esta m�sica para nigromantes �que emana singularmente en piezas como "Strain, crack, break" y la pesadilla m�s reciente, Salt Marie Celeste� pero el magnetismo de Steven Stapleton con sus fans se debe a las ganas de seguir siendo la medida de todas las cosas y, al menos parcialmente, al exhibicionismo de los no iniciados.
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Bill Carrothers
The electric bill
En The electric bill, Bill Carrothers reduce las leyes de Newton a una sola aseveraci�n que pone de buenas a la ciencia: un algoritmo bien dicho puede m�s que los arranques de ira. En al menos 30 minutos de suculenta exploraci�n, Carrothers transmite �sta y otras verdades en santa paz. The electric bill no se imprime m�s. As� que, para darlo a conocer dignamente, Mr Phuy lo ha plasmado en una f�rmula matem�tica bastante piola. Ya se sabe: d�gitos que levitan encima de las vocales, divisores que atenazan a las consonantes, enes multiplicadoras y sometimiento de todos al encorchetado cl�sico. La f�rmula se ve preciosa, conciliando el sistema decimal y el roce ac�stico del Fender Rhodes con los lazos hidr�ulicos del alma. Lastimosamente, la f�rmula no pudo transcribirse aqu�, no obstante la gama de herramientas de Blogger y los galardonados servosistemas del Acrobat Reader que apenas se ven exigidos dan la callada por respuesta. Dijiste que me amabas. �O lo dije yo? Lo que ven�amos construyendo, fall�. Antes de hallarle el v�nculo.
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junio 12, 2005
COSAS QUE NO SABES
El Ax�palo
Joya de abominable brillo, el Ax�palo perteneci� al sult�n chipriota Ninnh Uparm y a sepa dios cu�ntos pillos que se la arrebataban y hu�an tras superar multitudinarios batallas que esparcieron la guerra a inesperadas lejan�as. Seg�n se cree, es del tama�o de una nuez. Mr Phuy logr� hebrar a punto y cruz una sola versi�n del Ax�palo. Docenas de testimonios, apreciaciones y fanfarroner�as que los relatores han puesto en boca de n�ufragos, sobrevivientes y mutilados de cualquier origen.
Enti�ndase que el Ax�palo es una herradura de plata. M�s en detalle, pero corriendo los riesgos del encantamiento y la exageraci�n, se trata de una hoz de plata bru�ida con delgadas luces de galena, que enmarca a una pareja de criaturas marinas (quiz� delfines) arqueadas una en pos de la otra. �stas, de origen distinto. La mayor, de inequ�vocos rasgos tibetanos, est� hecha de elba�ta. La otra se supone liviana y fr�gil �versiones hay de que esta pieza no existe m�s y se le ha sustituido con un espejo de obsidiana�, un formidable cuarzo de Gwindel con min�sculas incrustaciones de circ�n, cerusita y �gata, que s�lo pudo concebirse en la clandestinidad de los laboratorios de alquimia trasalpinos. En su evocativo conjunto �ar�cnido a la sombra; trasl�cido, er�tico a la luz� el Ax�palo sume a quien lo ve en un intr�ngulis de confusi�n, rabia lejana, asombros casi volc�nicos.
En terrenos muchos menos tangibles, quiz� �s�lo quiz�, porque no me voy de bruces con alucinaciones de vikingo� el Ax�palo estimula la generosidad carnal, hace el sue�o ligero, libera la comunicaci�n, ventila el alma, disipa los adeudos, lubrica la penetraci�n, brinda balance... Y no podemos hablar del Ax�palo sin detenernos en cinco exc�ntricidades atribuidas por testigos venidos de Bombay, Veracruz, Boston y la gran Copenhage, en forma coincidente.
i) Colocada en la proa, durante el solsticio, transmite un halo de bienestar a los cefal�podos marinos que desde la Antig�edad han complicado la vida a los navegantes �beneficio notable con el tosudo calamar Loligo pealei de Cape Cod, reacio a otorgar concesiones�. A cambio de tal placer, los moluscos no s�lo dejan de molestar al nav�o en las labores de anclaje sino que, mediante simp�ticos gui�os, ponen a su disposici�n prehist�ricas nociones del espacio que sirven para orientar los timones.
ii) A cierta profundidad en mar abierto �entre los quince y los dieciocho metros bajo la superficie, a contraluz, clavada la tarde, donde el verde es primoroso, oscuro, verde casi negro� una mirada al Ax�palo brinda un �ltimo y definitivo torrente de vida a los n�ufragos, aunque tambi�n los deja inf�rtiles.
iii) Su poseedor logra una paz interior suficiente para ser proclamado Emperador de Vinlandia, sin aguardar a que se establezca imperio alguno all� y s�lo en caso de que exista Vinlandia.
iv) Su tenedor �que no es necesariamente el mismo individuo� adquiere habilidades de telepat�a con los servicios de inteligencia de la China socialista.
v) Y puesto en el jard�n, hablando de bot�nica, el Ax�palo produce una exhalaci�n blancuzca en las hojas del avellano �un borbot�n divino, un poderoso eructo� que alivia el frenes� de los par�sitos que minan su nervadura. En minutos, desbandada de bichos abandona sus galer�as en prodigiosa migraci�n.
En cualquier caso, recompensas no muy claras.
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junio 11, 2005
M�SICA, LA HERIDA INTELIGENTE
Kim Hiorth�y
Melke
Coloca este CD en el reproductor, mientras te digo que la ni�a Melke es sencilla como una l�nea de agua. Nunca olvidar� la muestra de cari�o que tuvo conmigo, similar a que se ponga de pie un racimo de alcatraces y te plante un beso. Sucedi� en un ruidos�simo concierto al que asistimos a�os atr�s, llevados sin mayor gana, donde se presentaba el encabronado tr�o servio de digital hardwash Untamed Boris del que se o�an maravillas. Fue un acto evasivo. En momentos as�, �no te repugnan las paredes, las calles, las piedras? La verdad es que aquello no era m�sica, y est�bamos hartos. All�, entre decibeles minotauro, r�fagas de hule, adolescentes clav�ndose alambr�n en las mejillas y nebulosas de humo, Melke, que tem�a hacerse vieja, encimo su mirada en la m�a. "Ser�a muy doloroso", me dict� al o�do, "que no extra�aras esto". Y puso en mis manos un yogurt para beber. Ahora pulsa PLAY a esta maravilla.
http://www.scissorkick.com/2004/08/kim-hiorthoy.html
Sunn 0)))
00 Void
"Entonces so��, forzando una imposible reconstrucci�n de los hechos, las �ltimas horas de Lac Leman..." Nadie dijo que a Leman le haya sido f�cil caer por esa pendiente, rodar ladera abajo, fracturarse ambas piernas y echarse a morir bajo los cocoteros. Son una lindura estos n�rdicos para modular las tres T de la m�sica siniestra, que los acoge como un ghetto: terrorismo con testosterona con ternura. Visto desde la hombr�a, someterse a la demolici�n ac�stica de Sunn 0))) es molestar al simio. El combustible de esta boscosa cosmogon�a es la voz de Attila Csihar, con su olor a resistol y a vara de encino que al primer toque arde desesperadamente. La muerte llega tras veinte minutos de familiaridad, para lo cual hay que prevenirse siendo hostiles, evadir el contexto con la autoridad de los evangelistas y voltear disimuladamente hacia all�, mascando tabaco.
www.SouthernLord.com
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mr_phuy@mail.com
Kim Hiorth�y
Melke
Coloca este CD en el reproductor, mientras te digo que la ni�a Melke es sencilla como una l�nea de agua. Nunca olvidar� la muestra de cari�o que tuvo conmigo, similar a que se ponga de pie un racimo de alcatraces y te plante un beso. Sucedi� en un ruidos�simo concierto al que asistimos a�os atr�s, llevados sin mayor gana, donde se presentaba el encabronado tr�o servio de digital hardwash Untamed Boris del que se o�an maravillas. Fue un acto evasivo. En momentos as�, �no te repugnan las paredes, las calles, las piedras? La verdad es que aquello no era m�sica, y est�bamos hartos. All�, entre decibeles minotauro, r�fagas de hule, adolescentes clav�ndose alambr�n en las mejillas y nebulosas de humo, Melke, que tem�a hacerse vieja, encimo su mirada en la m�a. "Ser�a muy doloroso", me dict� al o�do, "que no extra�aras esto". Y puso en mis manos un yogurt para beber. Ahora pulsa PLAY a esta maravilla.
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Sunn 0)))
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"Entonces so��, forzando una imposible reconstrucci�n de los hechos, las �ltimas horas de Lac Leman..." Nadie dijo que a Leman le haya sido f�cil caer por esa pendiente, rodar ladera abajo, fracturarse ambas piernas y echarse a morir bajo los cocoteros. Son una lindura estos n�rdicos para modular las tres T de la m�sica siniestra, que los acoge como un ghetto: terrorismo con testosterona con ternura. Visto desde la hombr�a, someterse a la demolici�n ac�stica de Sunn 0))) es molestar al simio. El combustible de esta boscosa cosmogon�a es la voz de Attila Csihar, con su olor a resistol y a vara de encino que al primer toque arde desesperadamente. La muerte llega tras veinte minutos de familiaridad, para lo cual hay que prevenirse siendo hostiles, evadir el contexto con la autoridad de los evangelistas y voltear disimuladamente hacia all�, mascando tabaco.
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